Tengo que reconocer que antes del domingo 25 de Mayo, el Día del Patrimonio, no tenía la menor idea de dónde se ubicaba siquiera, el Cerro Bellavista.
Es más, todo me hacía pensar que era la continuación de la Calle Bellavista que atraviesa Condell hacia arriba. Aunque me parece que no ando tan lejos, porque la calle Héctor Calvo, según google map llega, efectivamente a la subida Ecuador en uno de sus extremos.
Pero la verdad es que, de no ser porque quería que las niñitas conocieran el Museo a Cielo Abierto (MACA) y porque nos topamos con el Ascensor Espíritu Santo fuera de servicio; jamás de los jamases se me habría ocurrido subir esa escala del terror de 251 peldaños contados por la Mane y a la cual se accede por Calle Aldunate para llegar al Cerro Bellavista.
Eso no más les digo (como se dice por ahí).
El Cerro Bellavista está lleno de grandes y altísimas casas de diversos colores, muchos callejones y pasajes peatonales angostos, harto graffiti (unos lindos, otros definitivamente NO) y sus escaleras poseen peldaños de todos los diseños, anchos, colores, alturas y condiciones posibles.
Este cerro es mucho más residencial que los Cerros Concepción y Alegre que me encanta recorrer, uno no se encuentra con restaurantes o tiendas a cada paso. Sin embargo, existen talleres y tiendas que se pueden visitar, pero lo que predomina es la tranquilidad de los sonidos de la vida familiar.
¡Si hasta gatos nos acompañaron en nuestro paseo!
Nuestra subida terminó en la esquina de la calle Héctor Calvo y el Pasaje Pasteur donde, al borde del ataque cardíaco, nos topamos con que muchos de los faroles de iluminación han sido intervenidos con mosaicos o pintura, hasta con botellas de vino, dándole más colorido a las calles grises de este cerro lindo.
También en el trayecto tratamos de encontrar los 20 murales del Museo a Cielo Abierto (para el cual tengo pensado un post aparte). Sin embargo, sólo encontramos 4 murales y de estos 4, 2 estaban completamente cubiertos con graffitis y para que me crean les dejo la versión original y lo que encontramos:
Mural 1: Mario Carreño
Mural 4-5: Eduardo Pérez
Y sólo encontramos otros 2 que sí estaban en buen estado aún:
Mural 6: Matilde Pérez
Mural 7: Eduardo Vilches
También encontramos estos 3 asientos decorados con mosaicos muy lindos que incluían una ballena, un barco y un bosque frente al Mar y, desde el frente, se podía ver un pulpo naranja, de autor desconocido y, una vez más, todos grafiteados. Bellos los mosaicos, MAL los graffitis.
Fue tan larga la subida que quedaron muchos pendientes para una segunda visita al Cerro.
De partida nos falta recorrer cada recoveco de la gran escala de Aldunate hasta dar con los 20 murales del MACA, también nos falta recorrer otros pasajes como el pasaje Strauss, la calle Héctor Calvo completa y visitar, al menos 3 talleres (el “Taller Ascensor”, la tienda “Artesanos del Cerro” y otro más que no recuerdo el nombre pero me acuerdo que vendía piedras de las más variadas índoles) . En mi primer paseo no logré verlos pues no estaban abiertos por ser domingo.
Sin duda me faltaron muchos lugares por descubrir así como escenarios por ver, pero eso será el motivo para una próxima visita al Cerro Bellavista y a sus murales...
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