jueves, 15 de enero de 2015

Cerro Bellavista parte 2



El Cerro Bellavista está situado en el sector central de la cadena de cerros porteños, debe su nombre a la maravillosa vista que desde él se tiene de la bahía de Valparaíso.

El gran mirador que tenía desapareció debido a las edificaciones que se levantaron. Pero se abren estupendas vistas desde el pasaje Guimera o desde La Sebastiana.
El cerro Bellavista está limitado por dos quebradas, que fueron convertidas en calles por las que se puede acceder a él.
1) La antigua quebrada del Circo es hoy la calle (o subida) Ricardo Ferrari —Ferrari en su forma abreviada y Ricardo H. de Ferrari en su forma completa oficial—, bautizada así en honor a la labor hecha por el regidor del mismo nombre en bien de Valparaíso.
2) La quebrada de Yerbas Buenas se ha transformado en la calle homónima y recuerda la batalla librada el 25 de abril de 1813 durante la guerra por la Independencia.

También se puede subir al Cerro Bellavista (como ya expliqué en mi post Cerro Bellavista Parte 1) desde la calle Aldunate hasta la Rudolph por el Ascensor Espíritu Santo o acceder por las escaleras Santa Margarita y Pasteur (esta última con sus 252 peldaños contados por la Mane).


Esta vez el paseo a este cerro fue "desde arriba".
Como andábamos con camioneta, desafié a las niñitas (¡y a la pobre camioneta también!) a subir por calle Ferrari desde la base misma del plan (calle Edwards).
¡Fue genial!
Las niñiitas gritaban, el gordo hacía como que la camioneta se iba para atrás y realmente se sentía la subida en ángulo de 89,9999° jajajaja.
Igual nos llegaron un buen montón de bocinazos porque, como es lógico en Valparaíso, la estrecha calle un poco más ancha que le camioneta, es doble vía, así es que nos pegaron bocinazos los autos que iban bajando para avisar que iban bajando y los que venían subiendo detrás de nosotros apurados (hasta nos adelantaron en plena subida ¡Del Terror!) y todo porque íbamos fascinados, contemplando infinitas escaleras pintadas en mil colores y las bellas y las altas casonas de latón en mil colores que nos llamaban a detener la camioneta y seguir a pie ...
uff!!!
Quedó decidido: tenemos que subir a pie Ferrari hasta el cruce con Héctor Calvo (al menos).

Una vez que llegamos a la calle Héctor Calvo divisamos la Iglesia de Las Carmelitas, uno de los lugares que quería mostrar a las niñas y a mi gordo.



Estacionamos la camioneta en Héctor Calvo y comenzamos a caminar, para conocer la Iglesia. Inmensa y bella por dentro y por fuera. La Iglesia de las Carmelitas está ubicada en Calle Parroquia, entre las calles Héctor Calvo y Bernardo Ramos, así es que como que pertenece a dos Cerros: Bellavista y Florida.
La iglesia fue inaugurada oficialmente en 1931 y su construcción financiada con aportes de la comunidad. El emplazamiento realza el frontis del inmueble, por la pendiente del cerro y el remate del campanario, convirtiéndola en punto de referencia del sector. De estilo neogótico, destacan en su interior el altar y los santos de madera policromada, además de los vitrales, todos traídos especialmente de España.



Luego de visitar y admirar la bella y vertiginosa iglesia, mi segundo objetivo era llegar al Pasaje Santa Margarita. Pasaje ampliamente recomendado por amantes porteños y que quería conocer.
La verdad, si bien hay casas de latón descoloridas y un edificio bien raro que aún no sé que es, no le encontré mayor brillo.



Lo que sí la Mane encontró su Casa Amarilla-Yellow hasta con sótano y me gustaron unas escalas que bajaban quizás hasta donde y que se veían estrechamente bellas de recorrer, pero como andábamos con la Chini media afiebrada, no nos quisimos perder por ellas, para no agotar a la enfermita que, a pesar de su fiebre, estaba loca por ir a recorrer
(creo que esas escalas y la subida Ferrari, ameritan un post del Cerro Bellavista Parte 3).







Al final nos dimos la vuelta en círculo y volvimos hasta la esquina a la que habíamos llegado con la camioneta y encontramos una pizzería súper piola y muy rica llamada Entre Pizzas&Masas: BBB. Totalmente recomendable, además que la dueña es súper amable y hasta le explicó al detalle la receta de la masa de sus pizzas al gordo chef.



Una vez que repusimos fuerzas, bajamos por Bernardo Ramos directo a la Planta alta del Ascensor EspírituSanto, con una vista maravillosa a las casas de colores del cerro y del Pasaje Guimera.





Si hasta la Chini encontró un gato meloso que le encantó. Ya les había contado de la relación gato-cerro que existe en el Cerro Bellavista. ¡Me encanta!


Bajamos y subimos, porque había que probar que el ascensor recién reparado hubiese quedado tiqui-taca y ¡Sí! Está funcionando maravillosamente por $100. ¡Perfecto!









En nuestro paseo y antes de comenzar el terror de bajar descubrimos donde se ubican 2 restaurantes a los cuales TENEMOS QUE VENIR A COMER:

El CONFIESO que he comido y El Amaya
(Después les cuento que tal)


Y ahí no más poh, en pleno Cristo Redentor, retomamos la camioneta y comenzamos a bajar hasta Ferrari por la misma calle Rudolph (donde está el Cristo y la entrada al Ascensor).


Con más susto de bajada que de subida y tocando bocina para avisar que íbamos bajando porque Rudolph, a pesar de ser una calle más estrecha que Ferrari, también es doble vía jajajaja.


Cariños desde mi Puerto Bello

1 comentario: